29 diciembre 2006

A propósito de los toros

Leo en la Tribuna Libre del Diario El Mundo, (no viene en la edición digital)un artículo de la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, en relación con la polémica de la semana pasada.
Empieza señalando que nunca en su vida política había tenido tanta repercusión su opinión, ya manifestada anteriormente, sobre el tema taurino, y que le ha "permitido conocer numerosos argumentos, a favor y en contra, en particular vía internet". Bien, Ministra, espero que hayas leído todo, no sólo una parte, la que te conviene.

Así, empieza señalando que "la fiesta de los toros es -además de un activo del patrimonio cultural español- un espectáculo autorizado por ley y, por lo tanto, sólo una mayoría parlamentaria podrá cambiar su regulación". Seguimos bien, reconociendo que es parte intrínseca de la cultura española.

"Es evidente que todavía no existe una mayoría contraria a las corridas de toros, aunque todos los datos indican una actitud bien diferente entre los más jóvenes...". Me imagino que se refiere a los datos de la Encuesta Gallup.

Para no aburrir, ya que es un largo artículo, la Sra. Narbona aventura un proceso gradual de restricciones sobre algunos aspectos de los toros, "o una desparición gradual de la fiesta, por razones de mercado", y hace una supérflua comparación con la caza del zorro en Gran Bretaña.

En las siguientes líneas pasa a hacer política defendiendo su postura ante las declaraciones de Rajoy y del PP en general, mezclándo esta polémica con las reacciones frente a las normas contra el tabaco, el pescado congelado, el carné por puntos. Pura hipocresía.
Asímismo, recuerda, de una forma sesgada, que todos los españoles subvencionamos las ganaderías de toros de lidia con nuestros impuestos.

Uno de los momentos cumbre llega con la siguiente frase: "Porque siempre hay -y siempre habrá- quien esté dispuesto a pagar por ver sufrir a un ser vivo, humano o no; pero afortunadamente, son cada vez más las personas que reclaman normas para una convivencia con menos crueldad" ¿Se puede ser más mezquina?

Pero la guinda, llega al final cuando a propósito de quienes le recordaron a su padre -escritor y crítico taurino-, señala que "Quienes se sorprenden de mi rechazo a las corridas de toros, "a pesar" de ser hija de un erudito en la materia -como si no se pudiera querer y respetar a quienes tienen ideas diferentes a las propias- tienen seguramente, otra visión de las relaciones humanas...y no sólo de la relación con el resto de los seres vivos". Impagable.
Suscribo los deseos de Chapu: Que se dedique al Medio Ambiente, y que los toros pasen a formar parte del Ministerio de Cultura.

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