¿Por qué será que no me extraña nada de esto? ¿Por qué será que siempre están los mismos en estas cosas?
Me llamaron ayer para decírmelo, y me parece que se pasa de castaño oscuro. Vaya tomadura de pelo!!
Copio de
ABC, edición de Toledo¡Vaya espectáculo que se organizó ayer en Bargas! Más propio de un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. El presidente de la corrida suspendió el festejo por la mañana debido
a la falta de trapío del ganado, que no superó el examen veterinario; la empresa se quedó sin parné por la tarde para devolver el dinero de la entrada a los aficionados y éstos aporrearon la puerta de la plaza al darse cuenta de que en el coso un joven torero lidiaba, en «pêtit comité», la manada que no había servido. De escándalo. Y en este ambiente tan enrarecido, un guardia civil hacía las veces de portero en los accesos al redondel para evitar la injerencia de algún exaltado.
El entremés arrancó a las nueve de la mañana.
«Estos toros nos los han cambiado!», pensaron los aficionados nada más ver en el encierro matutino los toros que, por tradición, recorren las calles antes de ser estoqueados por la tarde.
En los carteles se anunciaba que los diestros Manuel Díaz
«El Cordobés», David Fandila
«El Fandi» y
Gabriel Picazo iban a estoquear ganado de
Garcigrande. Pero al final la cosa se remendó con cuatro ejemplares de
Zalduendo y dos de Domingo Hernández. No fue el único cambio.
Picazo, lesionado, había sido sustituido por el mexicano
Joselito Adame.
Fue saltar los cornúpetas a la calle y las protestas de los aficionados empezaron a arreciar. «Los toros que han venido no son los que se habían pactado», afirmaba el alcalde de Bargas, Gustavo Figueroa, muy molesto con la actitud del empresario Benardino León -ABC no pudo hablar con él-, aunque la empresa anunciada en los carteles es Realejo Comercial 21, cuyo administrador es Eloy Lillo. El Ayuntamiento ha delegado la organización de los festejos en Bernardino León , al que el alcalde hace responsable.
No se tardó mucho en descubrir el pastel, porque un grupo de aficionados, según Figueroa, había ido a la finca para ver el ganado elegido, si bien otras fuentes aseguran que nunca se lo enseñaron. El caso es que se había dado el «cambiazo» a plena luz del día.
«La presencia de los toros que trajeron dejaba mucho que desear y entendíamos que estaban afeitados», explicaba el alcalde. «No podíamos permitir, por lo menos en Bargas, que hubiera un festejo de ese tipo y que se rieran de nosotros», por lo que
el presidente de la corrida, el concejal Luis Gómez, suspendió la función después de que los veterinarios echaran para atrás los seis ejemplares por falta de trapío.
Los maestros «se negaron»
En este punto hay alguna versión que dice que el ganado no era ni más ni menos que el que ha salido otras veces a la plaza de Bargas. También aseguraban que la
empresa ofreció cambiar el ganado a última hora, incluso ir a alguna finca cercana para que los diestros eligieran los cornúpetas,
pero las cuadrillas de «El Cordobés» y «El Fandi» se negaron.
Pero la historia no acabó. El público comenzó a arremolinarse junto a la taquilla de la plaza para que le devolvieran el dinero de la entrada. Y llegó
un momento en que la guita se le acabó al taquillero, con lo que el respetable levantó la voz. Aunque
las protestas más sonoras, si cabe, llegaron a media tarde, cuando los aficionados se dieron cuenta de que en la plaza Joselito
Adame estaba lidiando y estoqueando, a puerta cerrada, los seis ejemplares, que, de cualquier forma, había que apuntillarlos, como manda el reglamento.
Entonces
un grupo de personas comenzó a aporrear la puerta y a gritar en señal de desaprobación por todo lo que había sucedido. Había agentes de la Guardia Civil, pero se llamó a refuerzos, por si la cosa se desmadraba, aunque no tuvieron que intervenir finalmente.
Etiquetas: prensa, taurinadas