05 febrero 2007

En esta piel de Toro (III).


En esta tercera parte, voy a realizar un resumen del extenso artículo que vengo reproduciendo estos días, para no resultar pesado, resaltando los aspectos más importantes. No obstante, por si hubiera algún interesado en leerlo entero, lo puede hacer aquí.

Así, tras señalar que el concepto moderno de raza lo iniciaron los ingleses, en el Siglo XIX, gracias a cruzar sus greyhounds (galgos) con los lebreles que iban encontrando en los pueblos a los que colonizaban, buscando la efectividad para la caza.

Pero el origen de los galgos hay que buscarlo en la cultura céltica, ya que todos los paises indoeuropeos que visitaron a partir del siglo X a.c, desde las orillas del Caspio hasta las Islas Británicas, Irlanda y la península Ibérica, donde se cazaba de forma similar, para pasar posteriormente al mundo árabe, Oriente medio con los beduínos, y África con los bereberes y tuaregs. También se dió este tipo de caza en Centroeuropa, según demusestran pinturas, tratados y otros vestigios, pero la compartimentación de las tierras y la explosión demográfica terminó con esta caza. Una muestra de la tradición que arrastra la caza con galgos la tiene el tratado "Cynegeticus", de Flavio Arriano, en el año 180 de nuestra era, primera descripción de la manera de cazar de la población celtíbera en Hispania, por parte de quien fuera procónsul en la Bética.

Actualmente, y según datos que maneja la Federación Española de Galgos, las distintas sociedades galgueras gestionan 4 millones de hectáreas en todo el territorio. Lo cierto es que la caza juega un papel importantísimo en la sostenibilidad del medio rural.
Como ejemplo, yo vivo en una zona de regadía cercana a las marismas del Guadalquivir. Se siembra remolacha y algodón. Este año, debido a las copiosas lluvias, no se recogió todo el algodón, y en muchas parcelas quedó en pie. Aquí, las liebres son cazadas exclusivamente con galgos, no con escopeta, pero muchas se han quedado escondidas en los campos de algodón. La comunidad de regantes acabará echando veneno debido a la sobrepoblación de lepóridos que se avecina. Eso si que va a ser dañino, ya que le veneno no diferencia especies, y además pasan a la cadena trófica, y estamos a cuarenta kilómetros de Doñana, santuario natural.

Como se puede ver, el equilibrio es siempre frágil, y la caza no es mala.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mentiras!

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We are directly dealing with galguerros be be able to save some of their, ill, unfed and beaten Galgos...

STOP LYING, Hunting with Galgos is WRONG, and soon it is going to be OVER!!!

Barbara -

11:54 a. m.  

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