01 agosto 2007

Pincelada sobre lo de Ávila.

Nos deja esta reflexión De Purísima y oro. en su siempre elegante bitácora:
"Detrás de la primera cortina de humo de albero vi a José Tomás. Homenaje a la fiesta de los toros con siete toretes desmochados, heridas las astas. Mal homenaje entonces. No mata menos el toro lavado, pero mata la verdad. Es trampa. Una cansina trampa. Tomás es el mismo pero en otro lugar. Su lugar, los alberos de categoría, la arena de hierro espolvoreado de Bilbao, el albero de azahar de Sevilla. Madrid. El toro. Viaja Tomás por una carretera de segunda que ensombrece su figura, pero es el mismo. Una telaraña de misterio inunda la mirada perdida del torero, el mentón en el burladero, el cuerpo esculpido, prisma puro, el andar otra cosa, el valor para que el torete acaricie la seda, empapada la bragueta de sangre caliente, la elegancia de coger los trastos como piezas de sacristía. La pureza en el cite, la obra esbozada en un pañuelo blanco. La ligazón. Y el temple, la gaonera lenta, como el hilo que corre por el ojo de la aguja y el toque suave y el capote que envuelve y un vendaval de naturales lentos. Un sueño de cerca. El mejor veraneo".

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